martes, 8 de septiembre de 2009

Agobio


Un hombrecillo

subía una

interminable

y monotona

escalera caracol.



Metros, metros

y mas metros

de desesperantes

escalones.



Su mente los

producía

uno sobre

otro.


Un peldaño,

despúes el

siguiente,

y el subsiguiente.



Cansador,

agotador,

devastador,

aterrador

sentimiento

de angustia,

de agotamiento,

de cansancio extremo

elevado a la enésima

potencia.


Mirando hacia

abajo

un desfile

descendiente

de triangulos

convergentes

en un punto.



Hacia lo alto

una procesión

de lineas

curvas

enruladas

de forma perversa.



Ese era el único

paisaje que recordaba.


Esa la única imagen

que veia desde hacia

horas o tal vez dias,

meses o años.



Y su

mente

los seguía

creando.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanto muy lindo segui con esa magia de ablandar corazones

**VaNe** dijo...

Bello poema
cierto
fuerte
me identifico :s
Muy bueno!

MabelBE dijo...

y seguía creando eso...

ayer vi una pelicula llamada vainilla sky y lo de la mente y eso me viene otra vez

me gusta este poema, saludos!