martes, 1 de septiembre de 2009

Instantánea

El niño acurrucado en el piso del pequeño baño, observaba como el aparato blanco de forma cilíndrica, en el cual había introducido la ropa minutos antes, ahora, luego de su girar veloz y quizá ayudado por alguna magia, despedía por su parte inferior el jugo de las mismas, haciendo las veces de un gran exprimidor. La madre observaba al niño, veía su cara de asombro, lo veía en su niñez y en su inocencia y sentía con cada giro de tambor como la vida se iba adelantando hasta llegar a ver a su niño hecho un hombre y hasta un anciano con arrugas y todo…y los ojos de esa madre se llenaron de lágrimas, lágrimas de emoción y de tristeza…por pensar en lo rápido que pasa la vida, en que ella seguramente no estará cuando su niño sea un viejo y no podrá recordarle esta pequeña anécdota, esta pequeña historia que la hizo sentir tantas cosas que necesitó contarlas en un papel…

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