La mañana se encuentra
particularmente fresca.
El arrullo de las palomas
y el viento la vuelven nostálgica.
Un amigo se ha ido
y otro me acompaña.
El primero es un hombre
y el segundo es un mate.
El que se fue
se llevó un sueño
que creía dormido.
Como un fuego
que parece apagado
y basta un soplido
para que las llamas reaviven.
Así volvió de las lejanías
esa vaga idea
esa añoranza innata
arraigada en el inconciente.
Un idilio platónico
casi inocente
una ilusión
una quimera.
Quedará para el recuerdo
solo para eso.
Son momentos agradables
me dijo.
Y eso fueron,
ni mas ni menos.
Tanto que no puedo
siquiera ponerme triste.
3 comentarios:
Es muy hermoso lo que escribes.Ha sido un placer pasar por ti. Un abrazo en la distancia de Antonia.
Me gustó!
- Me propuse recordar sólo los buenos momentos. Yo también estoy hace tiempo con un mate. Me gusta tu poesía.Besos. Ade
Publicar un comentario