lunes, 2 de febrero de 2009

Un mundo de palabras y otro de hechos

Terminó un discurso que era poco creíble, pero muy convincente. Al menos la gente quedó conforme y eso era lo importante, al fin de cuentas la contrataban para eso, era una oradora, y sabía como hacer su trabajo.
Pero esta vez, muy al contrario de otras, se sintió una estafadora, reflexionó acerca de lo que había sucedido pensando que nada de lo que hubo en sus palabras tenia sentido, que había gastado una broma a toda esa gente, que no era mas que un fantoche, una persona vacía engañando a otras personas. Quizás estas personas también eran personas vacías y estaban ahí para dejarse engañar. Pero entonces, -¿era realmente culpable de algún crimen? ¿De un acto tan despreciable? ¿O solo era uno de esos momentos en que la vida nos da una señal de stop para que pensemos si lo que hacemos nos hace felices o no?...sea lo que fuere, esa sensación no era algo típico que ocurriera, algo que le hubiese preocupado antes.
Miro a la gente conversando acerca de la conferencia, diciendo que buena había sido la mujer del estrado. Vio sus sonrisas complacidas y complacientes hacia ella, les devolvió el favor con una sonrisa cargada de incertidumbres nuevas hasta ese momento.
En la mesa se lucían las copas de fina champagne, y en las bandejas todo tipo de entremeses. Adornos frutales y centros de mesa florales le aportaban cierta calidez caribeña al lugar. Alguien se acercaba para felicitarla y, a diferencia de otras veces, sintió deseos de irse, no podía sostener mas su imagen, no podía mantener la mirada en alto, se dirigió con urgencia hacia el toilette. Entró en un cubículo, bajo la tapa del sanitario, se sentó y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Trato de contenerlas pero fue en vano. Parecía como si toda la angustia contenida de la humanidad hubiese llegado a su alma sin previo aviso y un mar brotara de sus ojos. Y lloró y lloró más llanto que lágrimas, ya que acabaron por agotárseles antes que su angustia. Sintió en una oportunidad que alguien la había llamado, pero no podía responder a nadie en la situación en que se encontraba. Era como un suicidio. Su imagen que tanto valía para su carrera quedaría devastada. Y eso no podía pasar, ¿como alguien con su currículo y su trayectoria caería tan bajo? Y de nuevo esa sensación extraña. ¿Cómo puede importar algo tan superficial? ¿La imagen? ¿Cuál era su imagen? ¿Quién era? Si ni siquiera ella podía reconocerse.
Gastó todo el papel secando sus ojos una y otra vez. Los sintió hinchados e irritados. Pensó que debía hacer algo antes de salir de nuevo. Tenía que disimular que había estado llorando. Abrió su cartera, sacó las pinturas y comenzó a maquillarse como pudo con tan poca luz y un diminuto espejo. Respiró hondo y salió cual torero a enfrentarse con un duro adversario. Se dijo, -otra vez al ruedo-.

2 comentarios:

Sebastián Zaiper Barrasa dijo...

Naty:

me encantó lo que publicaste en "El amor según..." en cruzagramas

Deberías publicarlo también aquí...

Naty's dijo...

Gracias por tu comentario, el texto esta publicado como 1, 2, 3 y contando y porciones de alma...esta medio a lo ultimo, por eso quiza no lo encontraste...besitos y seguimos en contacto! muy bueno lo tuyo como siempre...