martes, 17 de noviembre de 2009

Placeres sutiles


En su ventana nacieron flores, en una pequeña maceta. También habitaba allí una vaquita de San Antonio que hacia realidad sus deseos.
Ella fantaseaba con esa idea, pero no intuía cuan cierta era.
Había llegado la primavera y con ella el amor. Un amor de esos que a ella le encantaban, de esos que la hacían volar.
En su casa también habitaban otros insectos, de esos comunes en las casas.
Todos disfrutaban el meterse en su cama, entonces ella sutilmente los devolvía a su hogar, al igual que lo hacía con su amor.

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