Aborreciendo inviernos desperté
en una nube de primavera.
Como tormenta de verano
me derramé sobre la tierra.
Germiné en una semilla
que se convirtió en planta
y dió una flor.
Una abeja
me tomó
en forma de polen.
Desde el panal
convertida en miel
como un dulce néctar
llegué a tu boca.
Y es que no encuentro
mejor lugar en donde estar
que no sea ese,
ese lugar que Dios creo
como un paraíso
para que yo me pierda.
1 comentario:
sos hermosa! y claro... dulce como la miel.
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