jueves, 18 de abril de 2013

Sin final y sin feliz


Había una vez una mujer que además de senos y vagina nació con otras cosas.
Tenia una boca que vomitaba verdades y unos oídos que no toleraban mentiras. Mejillas ansiosas de labios y cabellos hambrientos de caricias. Un cuello que saboreaba lenguas y unas piernas incansables para la aventura. Manos escurridizas y curiosas. Una espalda despejada de nubes, unos huesos ligeros y voladores. Un olfato agudizado que detectaba amores, caderas danzantes y hombros que trasladaban lunas. Pero lo que mas resaltaba era su manera muy distinta de ver y sentir el universo. Todo ese cúmulo de insensateces para las cuales su mundo no estaba preparado aún la hizo acreedora de múltiples padecimientos. Adelantarse a los tiempos suele ser algo traumático aunque ambiguamente grandioso también.

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